martes, 18 de febrero de 2014

Pioneros de Berazategui: José Segundo Varino


Comenzamos la semana compartiendo con Ustedes una investigación de Juan Carlos Grassi sobre la familia Varino.


PIONEROS de BERAZATEGUI
BIOGRAFIA de: JOSE SEGUNDO VARINO
03-03-1887 / 23-12-1954

Atanasio Antonio LANZ, en su cuaderno de notas que redactó y publicó en 1920, expresó:
“Los nacientes y jóvenes pueblos de nuestra patria y, especialmente, los situados en zonas privilegiadas por su ubicación geográfica, serán en un futuro no lejano, ciudades de importancia. Entre ellos, estará Berazategui. 
(…) Entonces se deseará tener conocimiento de sus orígenes, de sus antecedentes, de sus antiguas familias pobladoras, de sus instituciones básicas, lo que generalmente no se consigue por lógica desaparición de los organizadores, de sus testigos y de mucha de su documentación escrita”. (1)

Una de las tantas familias pobladoras que se radicaron, crearon instituciones y engran-decieron Berazategui, fue la familia Varino.
José Segundo Varino nació en San Fernando, provincia de Buenos Aires, el 3 de marzo de 1887. Hijo de Giuseppe Varino y de Adela Spadone, inmigrantes procedentes de la provincia de Cúneo, Italia, vivió en la provincia de Entre Ríos hasta su juventud. 

En 1909, el 15 de mayo, José Segundo contrajo enlace con Casimira Anaya en Avellaneda, provincia de Buenos Aires, con quien tiene tres hijos: Víctor José (1910); Humberto Bladimiro (1911), apodado “Makena”; y Adela Etelva (1913), todos oriundos de Talleres, en aquellos tiempos, partido de Avellaneda.

Por los años 1915-1916, se radica definitivamente en Berazategui alojándose, primeramente, al fondo del almacén de Luis Dacrema, ubicado en Diagonal “B” entre las calles 12 y 13 (hoy Lisandro de la Torre entre 15A y 15) y un par de años más tarde (1919) compró a los hermanos Bruschetti un lote en el Pueblo de San Salvador, sobre la calle 18 (actual calle 10) y finalmente adquirió y edificó en la calle 12 entre 29 y 30 (actualmente: 15A entre 150 y 149).

Junto con su hermano Humberto instaló, en el edificio que fuera el almacén de Luis Dacrema, el Café-Bar “El Sporman”, en el cual la juventud de la época se reunía para tomar un vermouth, un chop o un café, mientras jugaban billar, truco, dados, etc., en tanto, en un baldío cercano, unos muchachos jugaban al fútbol; muchachos que ayudó y alentó en sus primeros pasos hasta fundar, en 1917, el Club Sportivo (hoy Deportivo Berazategui). 

Dirigente del partido Demócrata Conservador, representó a Berazategui desde una banca del Concejo Deliberante de Quilmes, consiguiendo la promulgación de varias Ordenanzas de gran beneficio para el pueblo donde vivía. 
Después, fue designado Jefe de la Defensoría de Menores y la Alcadía de Berazategui, en cuya labor dejó sentada una recia personalidad y un alto espíritu patriótico.
Dedicado, desde 1922, a la cría de palomas mensajeras, funda (08-02-1923) con su hermano Humberto y los aficionados Jorge Ribeyrol, Oreste Caffarena, Nicéforo Rodríguez y otros, el Club Colombófilo Berazategui, ejerciendo los más altos cargos directivos.

Durante varios períodos integró la mesa directiva del Círculo Colombófilo Avellaneda y de la Federación Colombófila Argentina. También ocupó una banca en el Consejo Asesor de esta última, representando a las instituciones colombófilas en el interior del país. Fue designado “miembro honorario” del Club Colombófilo Alas Whitenses y de la Sociedad Colombófila Alas Venadenses, de las cuales fue fundador.

En 1924 integró la comisión fundadora de la Biblioteca Manuel Belgrano, ubicada en la actual Lisandro de la Torre casi calle 17. Y en 1934, fue socio fundador y primer presidente de la Sociedad de Beneficencia y Asistencia Pública de Berazategui Julia Copello de Tiscornia.

José Segundo Varino, conocido con “Don Pepe”, vivió, junto a su compañera Casimira y sus hijos e hijos políticos: Víctor José casado con Margarita Vagge; Humberto Bladimiro casado con Leonilda Golpe y Adela casada con Carlos Crubellatti, una vida muy placentera y fructífera disfrutando de sus nietos: Carlos (h) y Etelva Crubellatti; Héctor Amilcar; Víctor Oscar y Ana María Varino.
Con la pérdida de su esposa (1951) y de su hijo Humberto Bladimiro (1953) (2), se agrava su salud y el 23 de diciembre de 1954 fallece a causa de “arteroesclerosis” (3). 
Seis años después se concretó la tan ansiada autonomía de Berazategui, siendo él uno más de los gestores de ese sueño de emancipación. Su ilusión se cumplió y su nombre quedó grabado en la epopeya de nuestra Autonomía. 
Sus condiciones personales de hombre de bien, le trajeron el aprecio de cuantos lo trataron en los largos años de su actuación pública.

(1) Apuntes para la historia de Berazategui, por Atanasio Antonio Lanz, Libro n° 1, Editorial “Asociación Orígenes Berazategui”. Año 1994.
(2) Falleció en 1953, Moreno n° 224 casi Pueyrredón, a la edad de 41 años; causa: “nefritis crónica arterioesclerótica”.
(3) Certificó su deceso el Dr. Juan Greco, Acta 211, Registro Civil de Berazategui.

Fuente y fotos: Ana María Varino.
Recopilación: Juan Carlos Grassi, Investigador histórico
Copyright 2012







viernes, 14 de febrero de 2014

Así nació Ranelagh

Hoy queremos compartir con Ustedes una investigación de Juan Carlos Grassi sobre el nacimiento de Ranelagh. Que la disfruten !!!


Así nació “RANELAGH”
  
El 5 de Abril de 2014, Ranelagh festejará su centésimo tercer aniversario [1911-2014] del momento en que llegó a su estación el primer tren.

No sólo llegó el primer tren a esta nueva estación ferroviaria, además, el 17 de Diciembre de 1911, los rematadores Guerrico y Williams, por orden de la Compañía de Tierras del Sud Sociedad Anónima, procedieron al remate de los terrenos circundantes a la mencionada estación de trenes, que habían sido donados  por dicha sociedad.
Sobre el circuito del Ferro Carril del Sud, sin base, a tanto por mes y en 100 mensualidades, sin interés, remataron 49 manzanas ubicadas al oeste de la misma estación, y a tan sólo 30 minutos de la estación Constitución.
Dichas manzanas, estaban delimitadas por las actuales calles 359 a 304, y de avenida Oeste hasta la avenida Eva Perón (ex Sevilla). Además del triángulo formado por las calles 366, 359 y avenida Oeste.
Sus rematadores explicaban “que eran las más altas tierras de los alrededores y arboladas… Que la formación del pueblo no respondía a un “propósito de lucro ya que se había delineado su traza bajo un plan de embellecimiento”.
Eran lotes amplios, casi todos de 12 o más varas de frente (0,866 metros por vara), con calles abovedadas, arboladas y sus manzanas alambradas. Con la promesa de que, en breve, se colocaría la luz.
Así mismo mencionaban “que todos son factores de que la Compañía se ha esmerado en colocar con el deseo de que sea Ranelagh no tan sólo residencia de veraneo, sino también de todo el año,  y que la liberalidad con que se hace la venta contribuirá también á ellos y no vacilamos en asegurar que la casi totalidad de los compradores no lo hará para especular sobre una segura valorización, si no para asegurar el hogar propio, primer jalón de todo bienestar”.
El tiempo les ha dado la razón, pues la localidad de Ranelagh, con sus calles amplias y arboladas resalta, dentro del hoy Partido de Berazategui, como un lugar especial de inversión inmobiliaria, con casas de fin de semana y de viviendas permanentes.
En el plano de remate de ese entonces se informaba que “en el acto del remate deben pagar tres mensualidades y otras tres dentro de los 15 días al entregarse los títulos provisorios, y las 94 restantes cuotas deben abonarse del 1 al 10 de cada mes. Por pago al contado, 20% de descuento sobre el plazo, a partir del 1° de febrero de 1912, en las oficinas de la Compañía Tierras del Sud –Maipú 190, Capital Federal-.
En cuanto a la posesión de los lotes, referían: “Se dará inmediatamente, con lotes amojonados por los agrimensores Repetto y Beverini, y las escrituras se harán ante los escribanos de la Compañía”.
Ese 17 de diciembre, fletaron trenes especiales gratis desde la estación Constitución que salían a la una de la tarde vía Temperley y a las 1.45 PM vía Quilmes, observando paradas en Quilmes y Berazategui.
Las tierras arriba mencionadas, que conformaron el incipiente pueblo, habían sido adquiridas por Cía. Tierras del Sud entre los años 1909 y 1910, a los siguientes propietarios: Bartolomé Pescio; Evaristo Godoy; Petronila Godoy de Godoy; Gil Godoy; Magdalena Macnab de Bernal; Peregrina Peirano de Pescio, y a sus hijos: Bartolomé, María Rosa Teresa, Felipa María y María del Carmen Pescio.
Todas estas propiedades, unidas, en 1914 lindaban: por el N.E. con Dn. Martín Mendiberry, Dña. Magdalena Macnab de Bernal y Dn. Traverso; por el N.O. con Dn. Anchorena; por el S.E. con Dn. Santiago Rolleri, Dn. Antonio Mendiberry y Dn. Luís Drago; y finalmente por el S.O. con Dn. Miguel Canessa y Dña. Magdalena Macnab de Bernal; siendo dentro de estos linderos que se encontraba ubicado el promisorio Pueblo de Ranelagh
También, en 1914, la “Compañía Tierras del Sud” donó, gratis, terrenos destinados a plaza, iglesia y escuela.-

PROHIBIDA SU REPRODUCIÓN TOTAL O PARCIAL SIN CONSENTIMIENTO ESCRITO DEL AUTOR

Autor: Juan Carlos Grassi                                                              
Investigador histórico

Año 2010  


lunes, 10 de febrero de 2014

Una mañana del ´40 en el centro

Compartimos con Ustedes otro relato del libro "El Berazategui que viví II" de Don Claudio Buffevant. En el mismo, nos cuenta como era una mañana en el centro de Berazategui en 1940. Que lo disfruten!!!


Una mañana del ´40 en el centro

A las seis de la mañana, ya se sentía cuando Lito Rodríguez levantaba la cortina de su carnicería, que estaba en 14 frente a la vía, donde hoy se encuentra una perfumería. Temprano preparaban los pedidos que había tomado el día anterior, con su repartidor, el negrito Ortalda, que luego repartía a domicilio. También, a las 6, en Rigolleau, entraba el turno que trabajaba de 6 a 14 hs, otro turno era de 14 a 22 y otro de 22 a 6 hs. A las 7, entraban los que trabajaban de pito a pito. Se decía así porque a las 7 y a las 11, sonaba un pito que indicaba la entrada y la salida, y a la tarde era a las 13 y a las 17; el pito era como una sirena.
Ya a las 8hs., el centro neurálgico de Berazategui, la barrera, era un desfile de carros con materiales de construcción, los lecheros que eran como veinte, agregándose los panaderos y almaceneros, todos a domicilio. Los repartos de bebidas los hacía Elissalt; de cerveza en barriles y en botellas, soda y bebidas sin alcohol. El repartidor Venancio, un español muy buen hombre, hacía su trabajo con un carro más grande que los comunes tirado por dos percherones. Recuerdo que en las mañanas de pleno invierno, el agua que había en la calle se escarchaba y al tener herraduras, los pobres percherones se caían y Don Venancio tenía que desatarlos para que pudieran ser levantados. Así eran las heladas de esa época.
Los verduleros y fruteros, un capítulo aparte, como Saverio, que con sus pregones tales como “un montón de zapallito por dieche” o el de los fruteros: “duraznos a 40 el ciento”.
Como si no fuera bastante los vendedores que teníamos, también que venían de Bernal los carros de la Panificadora Argentina, tirados por mulas, todos ellos con buenos aperos. Los que disfrutaban eran los chicos, quienes les sacaban las tachuelas para adornar los baleros.
Casi todos los repartos, se hacían a tracción a sangre, por eso la Asociación Sarmiento Protectores de Animales puso un bebedero frente a la casa quinta de los Stanfield, donde hoy se encuentra la zapatería Wainmayer.

Claudio Buffevant, El Berazategui que viví II (2003)


lunes, 3 de febrero de 2014

Prevenciones por la sudestada

Hoy compartimos con Ustedes otro relato de Don Claudio Buffevant titulado "Prevenciones por la sudestada", publicado en su tercer libro "El Berazategui que viví III, donde se vivencia como eran las crecidas que sufrían con frecuencia quienes vivían cercanos a la costa del río de la Plata.

Prevenciones por la sudestada

El capataz, observando el viento, decía: “Mirá, Rosendo, tengo que ir al pueblo, pero veo que está soplando el sudeste, ya está el río tapando los albardones, perdió la bajante de las seis de la tarde y si sigue este viento el repunte va a ser bravo, toma precauciones.
Primero descolgá la red de los palos, ponela en el bote como para tirar un lance, pero el bote sacalo del agua y atalo al palenque como si fuera el nochero, porque si la sudestada es brava no hay ancla que aguante, también frená el molino para que no se descontrole con el viento. Hacé abrir las tranqueras y que las aseguren para que no se cierren solas y así se conviertan en una trampa para los animales”.
Mientras hacía estas recomendaciones veía como las gaviotas y os cuervos volaban detrás del monte, casi a ras de tierra esquivando el viento. Seguía diciéndole a Rosendo: “Mirá, si sigue la crecida va a inundar la pesquería por el lado del campo porque es más bajo y sale el río por los arroyos y zanjas; el problema es si el agua llega a los chiqueros. Te recomiendo que a los lechones los cargues en un carretón y los lleves a tierra firme, son muy buenos nadadores pero si es mucho lo que tienen que nadar se degüellan con las pezuñas. Por la caballada no te preocupes que todos fueron amansados y enseñados a nadar por el sapito Gabriel para tirar de la red. Por los patos, gansos y pavos no hay problema, se van a arreglar solos, os dos primeros son nadadores, y los pavos, que no lo son tanto, pasan la noche en lo más alto de las plantas. El problema son las gallinas, salvá las que puedas y acordate que cerca del cañadón, en el cardal se echaron dos cluecas batarazas con 15 huevos cada una.
Todas estas recomendaciones son secundarias, si ves que sigue creciendo, prepará dos carretones y cargá los changos y las mujeres. Mira que no se vaya ninguno de a pie porque al estar el camino inundado se puede caer en la zanja. Que nadie se quede en el rancherío. Que no pase como con la crecida del 40, que murieron tres viejos costeros: Gauna, Don Esteban y Balengo”.