Compartimos con Ustedes otro relato de Don Claudio Buffevant, publicado en "El Berazategui que viví II", editado por la Asociación Orígenes de Berazategui.
Don Augusto
Partiendo siempre de que en mis relatos trato de dar testimonios de hechos, casos y personajes del Berazategui que viví, no puedo pasar por alto, a un personaje: Don Augusto, que así se llamaba. Tocaba el acordeón.
No había casamiento ni cumpleaños donde su presencia no fuera requerida; pero era en la costa de Hudson, cuando los quinteros sacaban la uva para hacer el famoso vino de la costa, y hacían una pequeña vendimia. El, como buen catador, no podía faltar. Todo era una fiesta, se disfrutaba con los tangos, pasodobles y valses que ejecutaba con su instrumento. Su señora sabía que podían pasar tres o cuatro días, sin que Augusto volviera a su casa. Las actuaciones no las cobraba, ganaba vendiendo maní y lupines que llevaba en dos canastas, que pendían de un palo, cargado sobre su hombro. Cuando volvía de la costa, Don Augusto traía sus canastas llenas con verduras de temporada.
En mi memoria cuando recuerdo su figura con dos canastas y el palo haciendo equilibrio, poniendo un toque de humor, digo: parecía la representación de la justicia.